Menos mal que con los rifles no se matan las palabras

sábado, 23 de octubre de 2010

Los porqués de la crisis finisecular

Recuerdo que en la segunda clase no me encontraba nada bien. La sudor fría me caía por toda la cara y me era imposible prestar atención. Sé que Mari Carmen habló sobre el como España había llegado a la situación que nos había explicado el día anterior, y también sé que tomé algunos apuntes y que copié un esquema de la pizarra, pero a decir verdad, mi cerebro no asimiló nada de lo que escuché, ya que toda mi atención estaba concentrada en no marearme y intentar aparentar una actitud normal.

Suena a situación terrible, pero es lo que me suele suceder una vez al mes. Y alguien se preguntará ¿por qué no te vas a casa si tan mal te encuentras? La verdad es que todavía no lo tengo muy claro. Ya conté que tenía muy poco (y cuando digo muy poco quiere decir MUY poco) tiempo libre, por la cual cosa me sale más rentable aguantar un par de horas intentando no morir en clase que no tener que estarme dos días copiando apuntes hasta las tantas de la noche.

Dejo de enrollarme, la question es que no podía concentrarme, y al llegar a casa y intentar repasar apuntes me dí cuenta de que no había entendido nada, así que me senté delante del ordenador y busqué información sobre la crisis finisecular.

Resumiendo un poco lo que encontré fue esto:

Francia fue la potencia cultural de Europa durante todo el siglo XVIII y hasta el XX debido a su fortaleza económica y su hegemonía política. Fue durante el siglo XVIII cuando nació la Ilustración, una nueva corriente de pensamiento que ponía en duda todos los principios de la organización social que había habido hasta el momento.

Al mismo tiempo, España pasaba la guerra de Sucesión cuando Carlos II murió sin descendencia. Después de toda una movida internacional, se llegó al acuerdo de que gobernaría Felipe V de Borbón.

Dos generaciones más tarde, a finales del siglo XVIII, durante el reinado de Carlos IV, estalló en Francia la Revolución Francesa, que, después de casi medio siglo, desencadenó el período que hoy en día llamamos período de las revoluciones.

Ya en en siglo XIX, cuando se encontraba Fernando VII en el trono, que murió sin descendencia masculina, pero que aprobó la Pragmática Sanción, que dejaba que su hija mayor se hiciera con el trono, se produjo en el 1830 una revolución liberal. Había dos puntos de vista; los conservadores, que no querían que Isabel II (hija de Fernando VII) gobernara y los carlistas, más liberales, que sí que aprobaban la nueva ley. Esta discusión desencadenó las Guerras carlistas, que fueron tres guerras que duraron desde el año 1833 hasta el 1876.

Mientras España estaba en guerra interior, en los inicios del siglo XIX, el resto de Europa empezaba a cambiar el sistema de producción y se produjo la revolución industrial, que llegó a España un poco más tarde.

España estaba en medio de las guerras carlistas, y al final Isabel II tubo que marchar del país. Vino entonces Amadeo I, que al ver que no había nada que hacer con la economía española, marchó. Le sucedió Alfonso XII (hijo de Isabel II) y los liberales y los conservadores llegaron a un acuerdo. Fue el principio de la restauración.

La única fuente de ingresos en la economía española eran las colonias americanas, y fue entonces cuando las colonias se sublevaron y al ganar contra España, se independizaron.

España estaba sumida en la ruina. No tenía ya las colonias, la economía iba muy mal y sufrían de atraso en el desarrollo industrial, por lo que se iban quedando atrás respecto al resto de Europa. A todo esto se le sumó la inestabilidad política, que causaba un gran desconcierto en la población.

Resumiendo, todo el siglo XIX, a nivel político-económico fue muy caótico, y fue justamente este caos lo que originó la crisis finisecular.


Aquí podemos ver el origen y el porqué de las características de la época explicada en la entrada anterior.


No hay comentarios:

Publicar un comentario