Menos mal que con los rifles no se matan las palabras

sábado, 23 de octubre de 2010

Pequeña introducción a la época

Mari Carmen entró en la clase sonriente, como siempre. Ese día íbamos de la situación en la que se encontraba España durante el período literario que debíamos estudiar.

Nos contó que...

...a finales del siglo XIX, en 1898, España estaba en plena crisis. Perdió las colonias americanas y todo el mundo tenía la sensación de que la España gloriosa anterior ya no existía. No sólo fue la pérdida de las colonias en America lo que originó el caos que se creó durante todo el siglo XIX; también había habido problemas con la política y las dinastías reales durante todo el siglo.

En medio de toda esta decadencia general, nacieron dos posturas distintas; el pesimismo y la euforia.

Los pesimistas se quejaban de la mala situación actual de su país, y alababan la antigua y magnífica España.

Los eufóricos se pasaban el día gastando en lujos y saliendo por las noches, dados a la mala vida. Bebían y acostumbraban a tener relaciones con las drogas. Lujo, fiestas y mujeres eran sus principales razones de vida.

Durante todo el siglo hubo muchísima efervescencia de crear revistas, tertulias... Se puso muy de moda sobretodo en las grandes ciudades fundar un periódico, una revista o cualquier cosa que pudiese hablar sobre la situación actual, ya que había mucha preocupación y necesitaban leer, opinar y sacar sus propias conclusiones de la situación en la que se encontraban.

La alta burguesía no era la que impulsaba todo este ambiente, sino que era la pequeña burguesía, que eran suficientemente ricos como para haber estudiado y tenían una alta preocupación por los motivos sociales. Los intelectuales se mezclaban con los artistas y, ya que Francia era la potencia cultural de la Europa del momento, tenían su centro en París. Escribían solamente para su propia clase social, ya que la alta burguesía tenía su propia literatura y las clases sociales más bajas no tenían suficiente dinero como para pagar unos estudios decentes y aprender a leer y escribir, por lo que no tenían una literatura propia.

Aunque los burgueses vivían hablando de las penosidades de la sociedad, las condiciones de trabajo y de vida de las clases sociales bajas, de los trabajadores, era realmente malas.

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