Menos mal que con los rifles no se matan las palabras

viernes, 1 de abril de 2011

La novela de los años 50: el realismo social


Debido a un proyecto de la materia de Inglés falté a una cuantas clases, por lo que, al volver, estaba totalmente perdida. Aunque me encanta leer (o más bien devorar libros) la literatura, sinceramente, se me da bastante mal. Así pues, me asusté un poco al ver que mis apuntes no tenían conexión entre sí hasta que, gracias a un cuadro comparativo que Mari Carmen proyectó en la pantalla me di cuenta de que hablábamos de otro movimiento.

En 1950 empieza a calmarse el ambiente de represión, por lo que las novelas empiezan a ser un poco más abiertas. Los autores abandonan el existencialismo pesimista y escabroso para centrarse en las preocupaciones sociales y los problemas colectivos.

Una de sus características es el estilo sencillo que usaron para llegar a un público más amplio y no sólo a la minoría a la que normalmente se dirigía la literatura en general.

Podemos decir que el realismo social empieza marcado por otra novela de Camilo José Cela, La colmena, que renueva totalmente la forma de narrar, aunque otra obra muy importante para marcar sus inicios es la noria, de Luis Romero.

Por aquél entonces, el cine empezaba a tener una cierta importancia, y vemos en las novelas influencia directa de las películas. El narrador se comporta como una cámara que registra y capta imágenes, aunque no explica nada, es objetivo.

Se usan los diálogos y las conductas de los distintos personajes para construir el ambiente y la mentalidad de las personas que aparecen en la novela. Así pues, se utilizan distintos registros lingüísticos: el coloquial, el real, el culto.... que crean un ambiente de versatilidad muy superior a la del tremendismo, tan centrado en las vidas más duras.

Dejan de centrarse en lo más bajo de la sociedad, se desprenden del retrato de las deficiencias sociales aunque no deja en ningún momento de criticar la sociedad del momento, ya que la realidad, aunque mucho mejor gracias a la evolución del turismo y la reactivación de la economía española, no deja de ser una dura consecuencia de la Guerra Civil.

Entre los autores del realismo podemos destacar:
  • Camilo José Cela, La colmena
  • Miguel Delibes, el camino
  • Rafael Sánchez Ferlosio, El jarama
  • Gonzalo Torrente Ballester, Los gozos y las sombras
  • Carmen Martín Gaite, Entre visillos; retahílas
  • Juan Marsé, últimas tardes con Teresa
  • Juan Benet
  • Ignacio Aleconda

Al hablar de cine me pareció que la literatura no parecía tan lejana como siempre, que las novelas ya no estaban escritas por gente milenaria, sino que era gente próxima a nosotros, de la edad de mi abuela, otra vez mi abuela... Tendré que hablar algún día de estos con ella.


Para entender un poco mejor el Realismo social, Mari Carmen nos pasó un vídeo con un poema de Blas de Otero, uno de los poetas más importantes del realismo social.


En el vídeo podemos ver imágenes de la guerra, de hileras de gente detenida delante de los militares, de las horribles cartillas de razonamiento, de cartillas de redención, de población civil muy demacrada.
Sale una mujer llorando a un muerto y civiles apuntando a civiles, casas derruidas y un niño de apenas 16 años armado como militar para ir a la guerra.

Me recuerda a la Índia, y no quiero ni imaginarme como sería vivir en aquel entonces. Otra vez más no puedo evitar sentirme enormemente afortunada.

La canción que suena es de Fito y Fitipaldis, y la verdad es que pone la piel de gallina. Aquí está la letra. La frase que me ha llamado más la atención es la siguiente:


Menos mal que con los rifles no se matan las palabras.


Fito y Fitipaldis - Abrazado a la tristeza

He salido a la calle abrazado a la tristeza:
vi lo que no mira nadie y me dio vergüenza y pena.
Soledad que te pegas a mi alma
en la dulce soledad de este campo de otoño.
No hay momentos de sosiego.
Rebeldía pura de amores sin amores.
Ilusiones puras y puros conformismos
intentando levantar el espíritu nostálgico
de querer estar contigo y nunca estarlo.

Los llantos desconsolados que estrangulan las gargantas;
los ancianos encorvados: parece que la tierra les llama.

Volverás de vez en cuando a estas tierras agrietadas
y verás de nuevo a quien te ama borracho;
borracho de amores y libertades.
Y también de vinos por olvidarte. Borracho...

Me da pena que se admire el valor en la batalla;
menos mal que con los rifles no se matan las palabras.

Y si surgen saludos y palabras
tal vez notes la dureza de mi estilo
queriendo no herirte en nada,
y en mi soledad sólo herirme yo mismo.

La justicia está arrestada por orden de la avaricia;
el dinero que te salva es el mismo que asesina.

Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo,
con la pura bandera de su raza.

Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.

No me des más esperanzas: sé que todo son mentiras;
sacos llenos de agujeros para guardar alegrías.

Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo,
con la pura bandera de su raza.

Me da pena que se admire el valor en la batalla;
menos mal que con los rifles no se matan las palabras.

Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.


También nos pasó un vídeo de uno de los nodos que pasaron en el cine para conmemorar la muerte de José Antonio, fundador de la falange a quien los propios falangistas mataron.

Me pareció totalmente hipócrita, pero lo que me llamó más la atención fue que la gente, harta de tanto sufrimiento, había dejado de luchar.

Leímos un trozo de "Volverás a Región" , de Juan Benet e hicimos un esquema. Lo adjunto aquí:



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