

Su novela más importante en los años 40, es, sin duda, la Familia de Pascual Duarte, publicada en 1942.
La novela transcurre en la pobre Extremadura rural, donde el protagonista, que no tiene ninguna habilidad social, no conoce otra cosa que la dura violencia, es la única respuesta que conoce para enfrentarse a su vida sinsentido, por lo que en la novela transcurren un sinfín de crímenes y atrocidades que reflejan un ambiente bárbaro y primitivo.
Para ello se inspiró en una oficina de la industria textil en la que trabajó de joven, y dota al protagonista del habla ruda y analfabeta, el habla coloquial de la gente de la calle.
Realismo social:
Cabe destacar en su etapa de realismo social "La colmena", que se publicó en Buenos Aires en 1951 debido a la censura que sufrían los escritores españoles.
No hay un personaje colectivo, sino que hay muchos personajes y Cela narra distintas historietas de todos ellos, y el tiempo en el que transcurre toda la novela son 2 días.
No tiene ni principio ni final, no tiene argumento ni un hilo que seguir, aunque refleja el movimiento colectivo de Madrid durante dos días de 1942.
Es, como no, una visión pesimista aunque el autor pretende ser objetivo (narra todo desde fuera de ese mundo).
Para entenderlo mejor, leímos un trocito de la novela donde una chica llamada Purita va al cine con un hombre, el señor José, con quien podemos suponer que se acuesta para tener un poco de dinero para mantener a sus hermanos y para conseguir que su hermano pequeño vaya a la guardería.
Vemos que el narrador habla como si fuera un cámara totalmente objetiva, cosa que hace que la situación parezca mucho menos dramática aunque no por eso menos real.
Novela experimental de los años 60
Cela, como otros autores, evolucionó hacia el experimentalismo al finalizar la década de los 50, aunque no publicó ninguna obra del calibre de la familia de Pascual Duarte o la Colmena.
Entre estas novelas se encuentran San Camilo y Oficio de Tinieblas.
Joaquín Alderius
Manuel Benavides
José Díaz Fernández
César María Arconada
Ramon J. Sender
Max Aub
Andrés Carranque de los Ríos
Francisco Ayala
Además de estos, también está Miguel Hernández que, aunque es de la generación del 27 (debido a la forma que usa para sus poemas y su manera de escribir) también se le considera autor del 36 ya que su poesía es muy comprometida, característica de esta generación.
SOBRE LA NIEVA SE OYE RESBALAR LA NOCHE - VICENTE HUIDOBRO
Sobre la nieve se oye resbalar la noche
La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces
De una mirada encendí mi cigarro
Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío
En el puerto
Los mástiles están llenos de nidos
Y el viento
gime entre las alas de los pájaros
LAS OLAS MECEN EL NAVÍO MUERTO
Yo en la orilla silbando
Miro la estrella que humea entre mis dedos
Hay muchas metáforas, que son de carácter abstracto, irracional. Aquí tenemos un ejemplo:
El viento gime entre las alas de los árboles. Es una metáfora irracional; los pájaros no vuelan por la noche y cuando se pone el sol pliegan sus alas, por lo que ese gemido del viento no puede estar entre sus alas. Es una metáfora muy audaz, de sueños, rara, de impresiones que se crean en la cabeza pero que no existen (ni han existido ni existirán) en la realidad. Hay una asociación de conceptos que puede pasar en la cabeza aunque no en la realidad.
Todas estas características son claramente de los movimientos de vanguardias.
DESNUDO - MANUEL ALTOLAGUIRRE
El cielo de tu tacto
amarillo cubría
el oculto jardín
de pasión y de música.
Altas yedras de sangre
abrazaban tus huesos.
La caricia del alma
-brisa en temblor- movía
todo lo que tú eras.
¡Qué crepúsculo bello
de rubor y cansancio
era tu piel! Estabas
como un astro sin brillo,
recibiendo del sol
la luz de tu contorno.
Sólo bajo tus pies era de noche.
Eres cárcel de música
de la música presa,
que intentaba escapar
en cada gesto tuyo,
pero que no podía salir
y se asomaba como un niño
a los cristales de tus ojos claros.
Mari Carmen nos enseñó varios cuadros de Dalí en los que podíamos ver la influencia de Lorca, y también un dibujo de Lorca dedicado a Dalí. Aquí los tenemos:
El beso, de Federico García Lorca
Cuadro de Dalí en del que podemos ver la huella que le dejó Lorca en el corazón.