Menos mal que con los rifles no se matan las palabras

domingo, 7 de noviembre de 2010

Pío Baroja


Mari Carmen hablaba de Pío Baroja como si lo hubiera conocido, tales eran sus conocimientos acerca su vida. Igual que el grupo del 98, su gran interés por la literatura se reflejaba en cada una de sus palabras...

Resulta que Pío Baroja era un hombre muy tímido, un poco cerrado en sí mismo. Era muy solitario, aunque siempre se encontraba rodeado de gente y organizaba tertulias en su casa, pero en su interior estaba completamente aislado. Era distinto a todo el mundo y no se sentía cómodo en la sociedad, era demasiado inteligente, demasiado observador. Leía mucho y estaba en contacto con pensadores reconocidos que habitaban fuera de España. Tenía mucha curiosidad por todo, y esa sensación de querer ir siempre más allá, siempre querer saber más, le producía una profunda insatisfacción.
Admiraba mucho a Schopenhauer, el filósofo del pesimismo, y podemos ver reflejado su corriente de pensamiento en muchas de sus obras.



Pío Baroja nació el 28 de diciembre de 1872 en San Sebastián, en la casa que su abuela tenía en la calle Ocuendo. Vivió allí con su familia hasta que se trasladaron a Madrid, cuando Baroja tenía tan solo siete años. No mucho más tarde se volvieron a trasladar, esta vez a Pamplona, por motivos de trabajo.
Luego volvieron a Madrid. Todo este ir y venir no hacía más que hacer de Baroja un niño solitario, no muy propenso a hacer amigos. ¿De qué le iba a servir tener amigos en una ciudad si no estaría allí más que unos pocos años?
Él mismo decía que se sentía distinto a los demás por un exceso de sensibilidad respecto a los más débiles, aunque más tarde atribuyó esta misma característica a su timidez.
Leyó mucho durante su infancia, debido a su poca sociabilidad, pero nunca destacó como buen estudiante, seguramente por falta de interés por todo aquello que le enseñaban. A él le interesaba mucho más la vida en sí y lo que esta palabra significaba realmente.

Empezó la carrera de Medicina en Valencia. Escogió esta carrera porque quería entender la vida y poder librar del sufrimiento a la gente enferma. Aún así, no encontró realmente lo que él esperaba y se sintió decepcionado.

Se doctoró en Madrid, su amada ciudad, con su tesis sobre el dolor, estudio psicofísico. Ya podemos ver aquí su obsesión por el dolor y el sufrimiento que se reflejó más tarde en sus obras. Ejerció de Médico durante muy poco tiempo, en Cestona, dónde descubrió que la medicina no podía realmente salvar a la gente del sufrimiento. Tenía un pensamiento similar a Schopnehauer, que creía que todos los humanos estábamos destinados a sufrir y que no se podía evitar ese destino.

Al volver a Madrid asqueado de su profesión se quedó la panadería de su hermano a su cargo. Fue entonces cuando reprendió su vida con sus antiguos amigos y empezó a escribir, su verdadera pasión. Publicó su primera obra en 1900, Vidas sombrías , y su éxito fue tal que, al cabo de poco dejó el negocio del pan y de dedicó plenamente a su vocación. Hizo alguna incursión en el campo de la política, pero fueron un fracaso, así que se dedicó en exclusiva a escribir y viajar, sus dos grandes pasiones. Viajó por casi toda España, aunque la ciudad que más veces visitó fue París.

Por ese entonces se movía con Azorín y Maeztu y fue en aquél momento que formaron el grupo de los tres, aunque este se disolvió enseguida y Baroja siguió su camino en las letras.
Escribió mucho, y todas sus obras reflejan la España de la época. Sus novelas, libros y cuentos eran oscuros, pesimistas, pero también había en ellos una sensación de amor a la vida que le daba una chispa de alegría a todo aquello que escribía. Podemos ver esta alegría, este amor, en las descripciones que hace de los paisajes, con técnicas impresionistas, simplemente dibujándonos lo que él imaginaba en su mente con suaves pinceladas, sin llegar a definir los bordes.

Fue un escritor muy prolifero, escribió muchísimo, y cada vez era más reconocido. En 1935 ingresó en la Real Academia de la Lengua Española, y su discurso de ingreso fue contestado por Marañón. Participó en muchas revistas, simpatizando con los anarquistas y los comunistas, aunque no llegó a militar en ninguno de esos partidos. Pese a su actitud solitaria, hizo muchas apariciones públicas e incluso participó en la versión cinematográfica de Zalacaín el aventurero como actor.

Dejó muy claro en su testamento que no quería ser enterrado por la iglesia, ya que no creía en el sistema eclesiástico, y, al ser una figura públicamente reconocida organizó un verdadero escándalo al morir, el 30 de octubre de 1956, ya que lo enterraron por civil .

Aquí cito algunas de sus obras. Fuente: www.wikipedia.com

[...] El propio autor agrupó sus novelas, un poco arbitrariamente, en nueve trilogías y una tetralogía, aunque es difícil distinguir qué elementos pueden tener en común: Tierra vasca, La lucha por la vida, El pasado, El mar, La raza, Las ciudades, Agonías de nuestro tiempo, La selva oscura, La juventud perdida yLa vida fantástica.

  • Tierra vasca agrupa La casa de Aitzgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909).
  • La lucha por la vida integra La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora Roja (1905).
  • La raza está formada por El árbol de la ciencia (1911), La dama errante (1908) y La ciudad de la niebla (1909).
  • El pasado agrupa La feria de los discretos, Los últimos románticos y Las tragedias grotescas.
  • La vida fantástica está formada por Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), Camino de perfección (pasión mística) (1901) y Paradox rey (1906).
  • Las ciudades agrupa César o nada (1910); El mundo es ansí (1912); La sensualidad pervertida: ensayos amorosos de un hombre ingenuo en una época de decadencia (1920).
  • El mar: Las inquietudes de Shanti Andía (1911); El laberinto de las sirenas (1923); Los pilotos de altura (1931); La estrella del capitán Chimista (1930).
  • Los amores tardíos: El gran torbellino del mundo (1926); Las veleidades de la fortuna (1927); Los amores tardíos (1942).
  • La selva oscura: La familia de Errotacho (1932); El cabo de las tormentas (1932); Los visionarios (1932).
  • La juventud perdida: Las noches del Buen Retiro (1934); Locuras de carnaval (1937); El cura de Monleón (1936).

He resaltado con rojo el libro que estudiaremos este trimestre, el árbol de la ciencia, que es su libro más autobiográfico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario