Menos mal que con los rifles no se matan las palabras

viernes, 19 de noviembre de 2010

Unamuno


Mari Carmen nos pasó este vídeo de Unamuno, titulado "El último testimonio de Unamuno". Me impresionó su atrevimento y su valentía. En un discurso de apertura de curso en frente de todos los franquistas les dijo exactamente lo que pensaba, sin tapujos, dando apoyo a la sublevación.

"Vencer no es convencer. Venceréis porqué tenéis la fuerza, pero no convenceréis porqué os falta la razón. "

Como se puede apreciar en el vídeo, en medio de su discursó saltó un falangista y gritó: ¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia! Me quedé con la curiosidad de saber qué respondió Unamuno a esa ofensa, así que busqué en internet, y encontré que José María Pemán, un poeta, para calmar el ambiente, contestó : ¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales! Unamuno, sin inmutarse, dijo: ¡Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que siga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España.

La mujer de Franco, Carmen Polo, acompañó a Miguel de Unamuno hasta su casa de modo que evitó que el episodio acabara de manera trágica. Este hecho me sorprendió mucho, ya que no es muy habitual que la mujer del general Franco defendiera al hombre que había insultado al régimen franquista.

En el vídeo, Unamuno se lamenta de la situación a la que ha llegado España. Le duele en lo más hondo del corazón, y lo expresa muy bien con la sencilla frase que se ve en vídeo ¡Pobre España!
Reconoce también que la actuación de los comunistas no es digna de admiración, pero admite que la unión de la Iglesia con el ejército es aún peor.

El texto leído en el vídeo son unas de sus últimas palabras, antes de morir de forma repentina en su casa, el 1936.

Mari Carmen nos explicó que Unamuno tenía la necesidad de creer en Dios, de tener fe, pero que su inteligencia, su parte racional, no le dejaban. Quiere creer, pero la ignorancia de Dios hacia la humanidad le duele en su interior, y nota que le falta algo importante para completar su vida, aunque no puede tener fe debido a las pocas pruebas de la existencia de Dios.
Ese conflicto interno que tiene es el motivo de muchas de sus poesías (por no decir casi su totalidad).
Aunque Unamuno pertence al Grupo del 98 no he hablado de él hasta ahora porqué se le conoce más como filósofo que como escritor, sin embargo también escribió alguna obra narrativa muy conocida, como Niebla.

También vimos otro vídeo, visto des del lado de los falangistas en vez de la propia palabra de Unamuno, para poder contrastar opiniones. Aún así, esta versión quedaba mucho menos clara que la anterior, como si quisieran desmentir un echo irrefutable. Le daban la vuelta como podían para que pareciera que tenían la razón y que lo que decía Unamuno no tenía sentido alguno. Por eso decidí que me quedaba con la impresión que me había causado el primero, y no el segundo.

Luego vimos otro vídeo, la introducción de la película de Zalacaín el aventurero, una adaptación de la novela de Baroja, en donde sale el propio Baroja siendo entrevistado. Aquí se puede ver:

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